Aunque me ha interesado el mundo del masaje desde niño, me he dedicado a ello oficialmente desde 1997.  Ya en mi infancia se me iban las manos para tocar cuando alguien de mi familia decía que algo le dolía. Mi abuela materna, que vivía con nosotros y que tanto influyó en mí, siempre lo hacía conmigo. Bastaba con verme quejoso y en seguida me ponía sus cálidas manos en el lugar oportuno. Ella sabía, sin saber, que el contacto fue la primera herramienta del humano primitivo para sanar.

Con 18 años recién cumplidos realicé el curso de Quiromasaje. Y eso ha marcado mi caminar en esta vida, porque aunque durante muchos años fue una actividad apasionante para mí, la intercalaba con mis labores de enfermero y maestro de Educación Física. Recuerdo que en Las Palmas de Gran Canaria, donde ejercí mi profesión de Enfermero, mis pacientes me llamaban diciendo: ¡sevillano, dame un masajito de esos tuyos en los pies!

Otra de mis grandes pasiones ha sido el deporte. Mi vida siempre ha estado, de un modo u otro, vinculada a la actividad deportiva. Fui jugador de Balonmano desde 1988 hasta 2002, participando en categorías nacionales durante 6 años,  y 2 años como jugador profesional en División de Honor. Eso me ayudó a formar parte del equipo sanitario del Club Balonmano Persán Rochelambert en las temporadas 2001-2002 y 2002-2003 en la categoría de plata del balonmano español (División de Honor).

Desde 2005 decidí centrarme en el mundo del masaje por completo. Trabajé como quiromasajista y técnico de fisioterapia durante 5 años en un centro de rehabilitación en Las Palmas de Gran Canaria. Por aquel entonces ya había cursado mi formación de Osteopatía y conviviendo día tras día con mis compañeros fisioterapeutas y médicos rehabilitadores, aprendí mucho sobre las diferentes afecciones del cuerpo humano. Aunque ya empezaba a crecer dentro de mí la certeza de que no todo depende de nuestro cuerpo físico cuando hablamos de nuestro bienestar.

Tras un duro bache personal, llega a mí la filosofía oriental y su manera de entender la salud, su manera de entender la vida. Y desveló grandes verdades que fueron epifanías para mis dolencias. Comprendí que la salud tiene multitud de factores psico-emocionales, energéticos y transpersonales que tejen un manto donde nuestro caminar en la vida se convierte en una escuela. Una escuela diseñada para tener experiencias, para abrir nuestra conciencia a una energía superior y recorrer este camino cíclico. Me formé en algunos métodos energéticos orientales y en inteligencia emocional. La meditación, el yoga, el contacto con la naturaleza y el silencio fueron acompañantes desde ese momento en mi recorrido, y siguen siendo fieles compañeros en todas las facetas de mi vida.

He impartido clases de Quiromasaje y Osteopatía en diferentes escuelas de métodos naturales de salud en Las Palmas de Gran Canaria y Cádiz. Siempre con ese enfoque global, teniendo en cuenta que somos seres bio-psico-sociales y espirituales. Ayudando a otros a despertar esa semilla que llevamos dentro, animando a iluminar las partes que por el velo de lo establecido, permanecen demasiado tiempo en penumbra.

Me siento muy dichoso por poder dedicarme a mi labor. Por haber escuchado mi voz interior y dejar que me guie por este camino, donde puedo seguir ayudándome, ayudando a otras personas.