Desde pequeña, siempre me gustó tocar a las personas que tenían dolores, sintiendo un alivio casi inmediato en ellos. Esta habilidad innata fue guiada y apoyada por mi madre y mi hermana, quienes me ofrecieron paz y serenidad. También recuerdo a mi padre dándome masajes en los pies para dormirme cuando era niña, un acto que sembró en mí una profunda conexión con el poder curativo del tacto.

Inicialmente, estudié Realización de Audiovisuales, pero pronto descubrí que no era una profesión que me llenaba completamente. En busca de algo más significativo, me mudé a Madrid y trabajé para ACNUR, donde tuve mi primer contacto con las terapias naturales.

Mi búsqueda de propósito me llevó a Chile, un país donde las terapias naturales son una práctica común en la vida cotidiana. Allí, conocí a muchas personas que utilizaban estas técnicas de sanación y quedé fascinada por sus beneficios y su integración en la vida diaria.

Después de este periodo de búsqueda y descubrimiento, decidí formalizar mi pasión por las terapias naturales. Comencé a estudiar en el Instituto Kiros, donde me formé en diversas disciplinas: Quiromasaje,  Auriculoterapia, Reflexología Podal, Kinesiología Aplicada, Osteopatía Estructural, Visceral y Craneal

Hoy, me siento muy feliz con la actividad que realizo y estoy profundamente entusiasmada con el mundo sutil de las terapias naturales. Esta pasión me trae grandes deseos de seguir aprendiendo tanto a través del estudio como de las experiencias y vivencias de mis clientes. El viaje ha sido largo y lleno de aprendizajes, pero finalmente he encontrado una vocación que no solo me apasiona, sino que también me permite ayudar a los demás de una manera significativa.