Un arte que nace desde el Corazón

Desde que tengo memoria, mi padre ha sido mi gran héroe. Él me enseñó, con su ejemplo diario, los valores que hoy guían mi vida: la honestidad, la sencillez, el amor por el trabajo bien hecho y, sobre todo, el respeto profundo por los demás.
Inspirada por todo lo que él sembró en mí, decidí estudiar Magisterio, creyendo que ese era el mejor camino para acompañar a las personas. Sin embargo, la vida tenía otros planes para mí. Durante esa etapa descubrí el mundo de la estética, y fue allí donde mi corazón encontró su verdadera pasión: el masaje.
Desde el primer momento me fascinó ver cómo, a través del contacto consciente, las personas podían recuperar su bienestar, su alegría, su calma interior. Sentí que tenía en mis manos una herramienta poderosa para cuidar y acompañar, y no dudé en cambiar el rumbo de mi vida.
Desde entonces, he tenido la oportunidad de trabajar en varios centros de masaje en Sevilla, lugares donde he podido aprender, crecer y, sobre todo, poner en práctica mi manera de entender el cuidado: desde la sencillez, la simpatía y una amorosidad natural que me acompaña en todo lo que hago.
Cada persona que llega a mí trae una historia única, un universo que merece ser escuchado y cuidado con respeto. Hoy sé que, más allá de las técnicas, lo que más valoran quienes confían en mí es esa forma cercana y auténtica de acompañar. Y yo, simplemente, sigo poniendo el corazón en mis manos.
“Cuidar a los demás es un arte que nace del corazón sencillo y las manos que saben escuchar “